Proyecto: Manos y telares.
Financiado por el Fondo Provincial de la Cultura. Secretaría de Cultura de la Provincia de Mendoza.
Este proyecto busca recuperar técnicas ancestrales de tejido, y junto a ello, promover el desarrollo de la capacidad emprendedora en las mujeres, favorecer su integración y posicionamiento dentro de la comunidad. Se busca ,además, promover a las artesanas del tejido como capacitadoras de otras mujeres, jóvenes y adultas, para la preservación y divulgación de estas técnicas ancestrales, la creación de emprendimientos productivos de raíz cultural y como estrategia de inserción competitiva en la economía formal.
Entre los relatos orales rescatados figuran los siguientes testimonios:
“Lo aprendí de mi madre, artesanía de pasto con lana traída del pueblito riojano “Los Palacios” de Villa Unión de La Rioja.” Norma Copa. Ugarteche.
Se advierte la necesidad de rescatar las señales del pasado que explican el presente, deslizando lealtad al origen, coherencia al transcurrir del tiempo y respeto al carácter anónimo de leyendas, mitos, personajes de la tradición popular.
“Tejo aprovechando retazos de lanas y los muñecos de las guardas llevan tiempo.
Cuando los hago recuerdo donde vivía en Bolivia en el campo, entre las ovejas.” Martina Valero. Ugarteche.
Se observa que en las guardas tejidas los artesanos dejan guardada la serenidad de la vida que tiende a ser desplazada por el bullicio de la prisa, la urgencia y la desatención de entornos marginales. En las mantas está la existencia preservada puesto que los muñecos dan vida, color y calor al rescatar personajes típicos regionales.
Insiste –“El telar del suelo lo dejé en Tarija, quisiera ir a buscarlo” y agrega – “Los tejidos me acompañan en la almohada, duermo con ellos.” Lucinda Gutiérrez. Carrizal.
Se descubre en el juego de las manos el mundo interior, la nostalgia de los pueblos dejados y la entrega de un amor en forma de caricias en cada hora del trabajo realizado.
“Hago mantas para los chicos de mis hijos. Nunca tienen frío, las mantas son pesadas y aprendí a hacerlas en Bolivia.” Juana Rocha. Carrizal.
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